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"... pero, en calquier caso, ¡el Camino de Santiago existe! y en él se encuentra la magia, el espíritu y la simiente de un mundo nuevo, más humano, mejor y diferente". (Juan)
Fotos del Camino de Santiago.
Camino del Norte. Asturias. Juan Agosto 2007 |
El CAMINO DEL NORTE a su paso por ASTURIAS
"El sufrimiento purifica el alma y la felicidad la hace crecer"
Agosto de 2007. Verano atípico. Más fresco que caluroso. Sin incendios en Galicia. Tres peregrinos llegan al albergue de San Vicente de la Barquera. Estamos al final de Cantabria. Sofía y Luis regentan el albergue con autoridad. Las botas fuera, para que se pueda respirar dentro. Se puede cenar y desayunar en el albergue. Lo cual facilita el conocimiento y la relación entre los peregrinos. Las vistas son espectaculares. Hay un no-sé-qué que hace que este albergue sea un poco especial, mágico, diferente... Es un buen lugar para aterrizar...
Tarde soleada, fresca, alegre... El ambiente es genial... Los peregrinos charlan... Las sonrisas iluminan la tarde... Un gato dormita... y al cabo de un rato se despierta y bosteza... Los peregrinos se saludan, se miran, conversan... Luis, el hospitalero, de pie, con sandalias en los pies, una gorra en la cabeza, las manos en los bolsillos, nos habla del Camino... Afuera, sentada en un muro, una peregrina holandesa escribe sus vivencias en un cuaderno, mientras respira suavemente el atardecer... Cristina y Laura, dos navarricas que peregrinan en bici, iluminan el albergue con su juventud, con su belleza, con sus palabras, con sus miradas, con sus sonrisas... Ignacio, sentado en una de las grandes piedras que hay delante de la puerta del albergue, lee la guia del Camino de Santiago del Norte, y comparte su información y sus emociones con dos peregrinas... Francisco habla con Sulín, una chica coreana, que ha vivido años en Tenerife, y que ahora anda por Alemania...
Alguno encuentra también momentos para reflexionar: "Ir del trabajo al Camino es fácil. Pero ir de la comodidad de la playa al Camino es más dificil. Se hace preciso ennadarse. Poner todos los contadores a cero. Partir de la nada, porque así todo lo que venga será maravilloso"...
Un peregrino se encuentra mal del estómago. Se mete en la cama. Tiene escalofríos. Duelen en carne viva el miedo oscuro y la soledad cruda. En otra cama un peregrina escucha en su cabeza el rumor sombrío de pensamientos negros. Se saludan. Hablan diferente idioma. Intentan cruzar unas pocas palabras en inglés. Ella le ofrece un poco de pan tostado. Le cuenta que también ha estado mal del estómago. Y que lleva varios días comiendo solo pan tostado. Unos momentos después ella llora. Y cuenta que desde hace cinco días no habla con nadie. Que viene sola desde un pais lejano. Que no entiende ni una palabra de español. Que se ha sentido fatal. Y que no ha sido capaz de contárselo a nadie. Cinco días interminables...
La noche sigue corriendo. Los peregrinos terminan la cena. Recogen. Friegan los platos. Charlan. Hay buen ambiente. Para casi todos hay olor a fiesta. Y las soledades y las tinieblas del dormitorio permanecen ocultas e ignoradas para la mayoría. En la cocina se respira cordialidad y solidaridad. Una holandesa quiere saber los horarios de autobuses desde Gijón a Madrid... pero no habla español... Una española se brinda para llamarle al teléfono donde dan esa información... Lo hace... Le apunta los horarios en un papel... Cada uno aporta todo lo que puede...
Llega la hora de meterse en las camas. En silencio y con respeto. Se apagan las luces. Toca dormir. Es bonito. Peregrinos y bicigrinos comparten literas.
El amanecer también es muy bonito en este lugar. Despertarse tempranito. Respirar las primeras luces que van dando formas y contornos a las cosas. Ayudar a preparar el desayuno: Café con leche, tostadas, mermelada, agua, azucar... Ir saludando y dando los buenos días a los pregrinos que se van levantando... Es un momento muy agradable...
Con la luz del día todos empiezan a sentirse bien. Incluso el peregrino que estaba mal del estómago y la peregrina que iba sola. En sus caras se ve el dibujo de una sonrisa suave... Todo empieza a tener mejor color...
Una chica coreana habla con un chico de Tenerife. Una holandesa charla con su amiga irlandesa. Jose observa como el sol empieza a iluminarlo todo. Ana pasa con su mochila a cuestas. Ignacio conversa con el hospitalero. Otros peregrinos terminan su desayuno y organizan en la mochila sus escasas pertenencias. Las dos navarricas se despiden y se van subiendo la cuesta empujando sus bicis. Los peregrinos de a pié empiezan a desenvolver sus pasos. Pero nadie se va sin saludar, sin despedirse, sin desear a los demás buen camino... Y todos reciben también antes de irse los sabios consejos de los hospitaleros, Luis y Sofía....
Días más tarde, recordando estos momentos, alguien escribirá: "La primera luz se llamaba Laura. Iluminó el comienzo y luego se fue, en bici, para iluminar con su sonrisa otros lugares y otras almas...". ¿Laura o Cristina? ¿Cual fue la primera en sonreir?...
"Hay albergues en los que siempre se ve amanecer..."
"Sólo tres días son poco tiempo para hacer balance, pero no hay metas, el camino, la gente, las experiencias, y las enseñanzas de los peregrinos, son las metas más bonitas" (Laura)
"La duda es la semilla del fracaso" (El escalador peregrino)
"Lo mejor del camino es la tolerancia"
"Lo bonito no es el amor. Lo bonito es la ilusión"
Salimos de San Vicente por una carretera asfaltada que cruza sobre la autovía y que lleva al pueblo de la Acebosa. Pasamos luego por Hortigal y Estrada. En una casa de turismo rural llamada "Fuente de las Anjanas" nos sirven un magnífico desayuno a un precio muy razonable. En el jardín. Con mesa y mantelitos. Cafe, tostadas, mantequilla... "¿Sueroral? No lo tengo, pero te lo hago. Agua, azucar, limón y un poco de bicarbonato"... Una jarra enorme. Está fantástico... Me encanta este sitio y esta forma de actuar. Un momento estupendo.
Pasamos por Serdio. Días más tarde nos contarán una historia un tanto macabra. Al parecer en Serdio hay un albergue pequeño pero muy bien acondicionado en el que una cierta noche estaban dormiendo pacíficamente varios peregrinos. Y de pronto en medio de la noche entró un ser con apariencia y forma humana y con un puñal rajó las cuatro ruedas a dos bicis que había jundo a la puerta del albergue, y luego, rompió contra el suelo una botella de vino en medio de la estancia en la que dormían los indefensos peregrinos, y tras soltar una gran risotada, desapareció... Si fueran otros tiempos estaría claro que se trataba del demonio... Pero en los tiempos que corren ... lo más seguro es que fuera solamente un loco... En cualquier caso, la historia, contada despacio y con detalles, pone los pelos de punta...
Tras pasar Pesués llegamos a Unquera. Dejamos atrás los campos en los que pacen tranquilas las vacas y los equinos coquetean... y llegamos a la pequeña urbe, donde el ruido de los coches nos devulve a la realidad de la vida moderna... Seguimos, sin detenernos, cruzamos el río Deva, decimos adiós a Cantabría, damos los buenos días a las tierras asturianas, y empezamos a subir por un hermoso camino que nos devulve al ambiente bucólico y que nos lleva hasta Colombres.
Al entrar en Asturias lo primero que nos llama la atención es el cambio en la señalización. En Cantabria, en cada cruce un azulejo cuadrado nos indicaba el camino. En Asturias la dirección a seguir está marcada por vieiras azules. Nuestra guía nos recuerda que la dirección correcta "es la que marca la unión de los nervios de la vieira". Quizás tales nervios simbolizan los diferentes caminos que convergen hacia Santiago.
Colombres es un pueblo bonito, en el que se puden observar ejemplos de casas de arquitectura indiana, en una de las cuales, de color azul, se ubica el Archivo de Indianos.
El albergue de Colombres está muy bien. Ducha. Lavado de ropa. Lo de secarla ya resulta más dificil, porque no se pueden poner "cordelitos" y la única cuerda que hay resulta insuficiente. Nos dan la opción de tender en el suelo en un campo cercano... pero la desechamos porque un monitor no advierte de que en los próximos momentos se va celebrar allí una batalla de huevos y harina entre los niños de un campamento de hijos de empleados de Telefónica que también están en el albergue...
Cenamos en el pueblo, con Jose y Sulin. Bien la cena y agradable la conversación.
Desayunamos al día siguiente en el albergue. Y, tras charlar un rato, empezamos a caminar. Pasamos por La Franca y por Buelna y llegamos a Pendueles, donde paramos un rato para comer algo. Hay una iglesia. Entro. No hay nadie. Sorpresa: suena música de fondo. Momento maravilloso.
"Si te paras todo empieza a ser diferente"
"Es importante a dónde vas, pero más importante todavía es lo que haces mientras caminas"
"Si no te paras te pierdes la belleza que hay a la vera del camino"
"Quien no se para no ve la belleza"
"Caminar de último cansa más"
"El sufrimiento purifica el alma y la felicidad la hace crecer"
"Es importante el destino, pero lo esencial es el camino"
"Hoy he caminado bien... y ahora me noto mucho más cerca de mi mismo"
"Al salir de la nada todo lo que te encuentras es algo"
"Vi un caracol. Caminamos juntos durante un rato. Y me encontré conmigo. Luego yo me senté y él siguié su camino. No voví a verlo. Pero en mi corazón quedaron sus enseñanzas: sólo quien va despacio puede llegar a lo importante"
Así iba, rumiando pensamientos, mientras caminaba en solitario por la hermosa senda por la que discurre el GR-E-9, desde Pendueles a Andrín, pasando por la playa de Vidiago, por los Bufones de las Arenillas, por el río Purón... Un paseo estupendo... Un largo camino de silencio y soledad... Me cruzo con un padre que enseña a andar en bici a sus dos hijas, vestidas de domingo... Y sigo caminando conmigo mismo. Son momentos de intensas sensaciones y vivencias espirituales... Momentos para recordar, para pensar en los muertos, para llorar... para admirar la belleza del paisaje, para sonreir, para sentir intensamente la presencia de la vida... Para sentir el pasado y el presente... Momentos para asimilar y ordenar vivencias profundas... para caminar hacia el interior de uno mismo, para entrar en el centro del propio corazón...
Cuando estoy cerca del río Purón empiezo a sentir hambre. Pero del cielo me llueve una solución. Unos metros más adelante me siento en un banco y escribo: "Sin comida. Sin agua. Y todavía lejos del primer pueblo. Tenía hambre. Pero apareció un ángel que llevaba en la mano un bote con frutos secos. Y le pedí unos pocos. Él me dió. Y así pude seguir, sin desfallecer". En realidad el ángel es una mujer, una madre de familia que va con su marido y sus dos hijos. A los niños les hace mucha gracia que yo les pida unos pocos frutos secos...
Llego a Andrín. Busco un sitio para comer. Me reuno con Ignacio, Francisco y Jose. En el pueblo están de fiesta. Comemos con calma. Tras la comida llega una rondalla que va tocando su música por las calles. La sigue un carro de vacas tirado por dos bueyes soberbios. Reímos y bailamos... La fiesta se va. Y nosotros ponemos las mochilas a la espalda y empezamos a caminar. El cielo se oscurece. Pronto empieza a llover suavemente... Subimos hasta un alto desde el que se ve la playa de la Ballota.
Descendemos luego camino de Llanes. Aquí vamos primero a un albergue que está lleno. De aquí nos envían a otro, privado, que está a más de un kilómetro, y donde una cama mala malísima en un cuarto de diez literas cuesta 20 euros. El sumier de muelles se encorba llegando casi hasta el suelo. Pese a ello dormimos... "Reirse de la propia sombra"... Pero antes de dormir bajamos al pueblo para cenar. Y corre la sidra...
Jose se levanta temprano, y se despide, porque tiene que irse a coger el tren. Sus días de camino se han terminado. Da pena decir adiós, pero es ley de vida... Ignacio, Francisco y yo seguimos en el Camino... (Este Jose, que se va, es de Valencia. Luego aparecerá otro Jose, el periodista, que vive en Madrid)...
De Llanes salimos un lunes, tempranito, sin desayunar, camino de Poo. Aquí encontramos un bar para tomar un cafe, unas tostadas... "No me gustan los pueblos en los que no se ve sonreir a nadie. Estamos desayunando en Poo, he mirado a más de 30 personas y no he visto ni una sola sonrisa. ¿Será porque se lo tiene prohibido el alcalde? ¿O tal vez será porque hoy es lunes?"
"Una de las cosas buenas del Camino de Santiago es que en él no existen los lunes... ni hay ningún alcalde que tenga poder para prohibir que los peregrinos sonrían..."
"Los que caminan sonríen más"
"BANDO:
Por orden del señor alcalde se prohibe sonreir en todo el término municipal los lunes antes de las doce horas del mediodía bajo apecibimiento de multa de 10 euros por sonrisa"
"Sin nada. Sin nadie. Sólo con uno mismo. Ennadado"
Pasamos por Celorio, Barro, la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores, Niembro... El día se va animando poco a poco... En el camino nos encontramos a dos nuevos peregrinos, Pepe y Macarena... Una bocanada de aire fresco... Una enorme sonrisa de luz...
Monasterio de San Antololín, playa de San Antolín, Naves, Villahormes, Nueva, Piñeres de Pría (donde las lagartijas juegan al escondite)... etc etc... Finalmente esta noche dormimos en el albergue de San Esteban de Leces, más allá de Ribadesella... Dolores, la hospitalera, nos cuenta como muchos peregrinos le tiran pequeñas piedras a la ventana del piso de arriba, donde ella duerme... porque un hospitalero de un pueblo anterior les dice a los peregrinos que lo hagan por si Dolores no los oye... Una de las bromas del Camino... Broma mientras el cristal no rompa... Aquí le regalamos una tortilla y ocho cervezas a cuatro peregrinos que no conocemos de nada... Esto también forma parte del Camino...
Después de San Esteban de Leces se pasa por La Vega, Berbes, el Arenal de Morís, la Playa de la Espasa... y se llega a la Isla, donde hay un bonito albergue...
Desde la Isla se sigue por Colunga, Pernús, Priesca (donde se debe hacer un alto para visitar la Iglesia de San Salvador, bonito ejemplar del prerrománico asturiano) y se llega a Sebrayo, donde hay un pequeño albergue.
Un poquito más adelante está Villaviciosa, y luego la Parra y finalmente Grases, donde el Camino se divide en dos: el primitivo, por Oviedo, y el de la Costa, por Gijón... Nuestro proyecto es hacer el primitivo, pero un sonrisa nos hace cambiar de idea y decidimos seguir por el de la Costa, en compañía de Pepe y Macarena...
Una vez tomada la precipitada decición... me doy cuenta de que me falta la gorra... Doy vuelta para ir a buscarla... Mis compañeros me esperan... A menos de un kilómetro me cruzo con un peregrino que camina solo y unos pocos metros más adelante veo la gorra caida en el borde de la carretera...La cojo y alcanzo al peregrino solitario... Hablamos... Se llama Jose. Vive en Madrid... Tiene pensado caminar durante dos días más por el Camino Primitivo... Le cuento nuestro cambio de planes... Le sugiero que se venga con nosotros, por el de la Costa... Son momentos de total improvisación... Duda... Cuando llega a la bifurcación... decide... seguir con nosotros...
Al poco rato empiezan los problemas: La guía que tenemos es del Camino Primitivo, no del de la Costa... La señalización del camino no está muy bien... Hay señales contradictorias... Empieza a llover... Nos acompaña un perro, llamado Toni... Le seguimos... Vemos algunas flechas amarillas... Cuando encontramos alguna casa preguntamos a los vecinos... ¡Vaya!... Si es que aquí las flechas amarillas no son las del Camino de Santiago, sino las del Camino a Covadonga... ¡Estamos perdidos!...
Pepe, Macarena, Jose, Ignacio, Francisco y Juan... Formamos un grupo de seis. Caminamos juntos. Nos perdemos juntos. En medio del monte, lejos de bares o de cosa alguna que se les parezca... Nos sentamos en un muro de piedra... Abrimos nuestras mochilas y ponemos en común nuestros escasos alimentos: un poco de jamón, ocho rabanadas de pan tostado, una quesadilla, un plátano que cortamos en seis trozos... Compartimos todo, como peregrinos hermanos. Hay un olor intenso a solidaridad... Es uno de los mejores momentos del Camino...
"Amistad, aventura, emociones, retos, sueños, ilusiones, pero también dolor, lágrimas y desamores, todo eso es lo que tiene el Camino. Pero no lo dudes, apuesta por él. Será una de las mejores experiencias de tu vida" (Jose Antonio).
"El Camino Francés tiene reglas. En el del Norte la única norma es la sorpresa"
Después de dar un gran rodeo, acabamos volviendo al Camino... Y hemos aprendido que aquí no se puede hacer caso de las flechas amarillas... Solo nos valen las indicaciones de las vieiras azules...
En la puerta de una casa vemos a Tatiana, una peregrina de Zaragoza a la que los dueños de la casa le han dado cobijo mientras llovía, y luego la han invitado a comer... Es parte de la magia del Camino...
Al final llegamos a Peón, donde comemos... Son las cuatro y media de la tarde... Pasamos luego por Curbiello y Cabueñes... y llegamos a Gijón... donde dormimos, en el albergue juvenil, tras cenar un sandwich en una cafetería cercana... Al comienzo de la noche se escucha un gran ruido... Luego unas risas... Un peregrino se ha caido al suelo desde la litera de arriba, junto con su colchón... Por suerte no le ha pasado nada... Se encienden las luces... El peregrino sube el colchón y se recoloca... Todo en orden de nuevo... Se apagan las luces... Al parecer hay grandes ronquidos durante la noche... pero nosotros ni nos enteramos... Estamos cansados y dormimos...
La etapa siguiente, de Gijón a Avilés, tiene un recorrido feo y anodino. Carreteras. Fábricas. Coches. Humos... Y para colmo esa noche nos tenemos que despedir de Pepe y Macarena, porque ya se van para su casa... Pero siempre hay algo bueno... Sonrisas en alemán...
El albergue de Avilés es grande. Literas pegadas, casi apelotonadas... Mucha gente... Olor a Camino Francés...
La parte vieja de Avilés nos gusta. A la mañana siguiente Jose se va, camino de Madrid. Ignacio, Francisco y yo desayunamos en la plaza principal del pueblo... y al terminar le colocamos las mesas y las sillas de la terraza... porque la camarera se queja de que su compañera todavía no ha venido y no le ha dado tiempo de hacerlo... Queda alucinada cuando nos ve manos a la obra, colocándole cada mesa y cada silla en su sitio... Es una buena forma de empezar el día...
Día que prosigue por buen camino... Salimos de Avilés y en San Cristobal nos encontramos con un señor que se llama Antonio que nos lleva a su finca para mostrarnos una hermosa vista de Salinas... y temina regalándonos un tomate a cada uno... Charlamos con él durante un buen rato... Antonio tiene una filosofía profunda... y sonríe continuamente... Se lo digo... y me contesta con esta frase: "Por el mismo precio más vale un plato de gracia que tres de mala cara"
Bajamos a Salinas, y a la salida de este pueblo saludo a una señora con la que me cruzo... Ella me contesta: "Buenos días, Juan"... Alucino... ¡Es Rosa, una vecina de Carballiño!... Definitivamente, ¡el mundo es un pañuelo!
Más tarde, al pasar por un pequeño pueblo cuyo nombre no recuerdo, pido agua en una casa ... y me dan agua... tres bocadillos de chorizo... y tres manzanas... Al llegar a un río nos sentamos los tres y nos damos un pequeño festín con tales viandas...
San Martín de Laspra, Barrio de la Cruz, La Ventaniella, El Castillo, Soto del Barco, Muros de Nalón... Aquí nos encontramos a Clara, una peregrina catalana que nos acompaña en los días siguientes... Comemos juntos en Casa Zoilo... Cuatro estupendas ensaladas...
Esta noche dormimos en Soto de Luiña..., donde un grupo de cinco alemanes compran pasta para la cena. Y como en el albergue no hay cocina me piden que les acompañe para pedirle a algún vecino que les cueza los macarrones en su casa. Ellos no hablan ni palabra de español... Les acompaño... Y en la primera casa a la que llamamos nos dicen que sí... y les cuecen la pasta... Luego ceno con ellos...
El día es hermoso y lleno de vivencias... pero falta la noche... eterna, interminable... El de la litera de abajo se mueve contantemente ... y me resulta difícil dormir... Paso la mayor parte de la noche esperando a que llegue el día, deseando que amanezca... A las cinco de la madrugada cae un tremendo chaparrón... Me levanto, salgo al porche, y durante un buen rato veo cómo llueve... Me siento bien... Una peregrina se levanta para guardar su bici, para que no se le moje... Cuando cesa la lluvia me vuelvo a la cama... La litera se sigue moviendo como un barco... Luego mi vecino de abajo se levanta... Con la litera quieta consigo dormir un poco... ¡Por fin amanece!!!!.
"La noche se va escondiendo y el día va dibujando los perfiles de las cosas"
Desayunamos y empezamos a andar.... Pasamos por Albuerne, por Novellana, Castañeras...
Llegamos a la Playa del Silencio. Hermosas vistas. Volvemos sobre nuestros pasos y bajamos por un sendero que nos conduce a un arroyo. Llueve. Una gallina instruye a sus poyuelos. Unas cabras comen yerba en un prado. Un macho cabrío las acompaña con autoridad. El camino está lleno de silvas y maleza, pero se puede pasar... Cruzamos el regato y subimos hasta llegar al siguiente pueblo, llamado Santa Marina, donde nos sentamos al lado de una casa para comer un poco de chocolate, una manzana y un plátano. A nuestro lado, dos gatos conversan animosamente intercambiando opiniones y puntos de vista...
Reemprendemos la marcha... y un poco más adelante nos metemos por un camino que nos lleva a un punto donde hay una bifurcación sin ninguna señalización... Seguimos a la derecha y un poco después encontramos otro cruce de caminos sin señal ninguna... Estamos en medio de un monte lleno de maleza, al lado de un pequeño regato... Probamos uno de los senderos y descubrimos que no tiene salida... Probamos los otros dos y nos sucede lo mismo... Volvemos sobre nuestros pasos hasta la anterior bifurcación... y allí cogemos el camino de la izquierda... ¡Tate!. ¡Este es el correcto!... ¡Qué lastima que no hubiera una pequeña señal que nos lo indicara para acertar a la primera!!!
Lluvia. Sendas a medio limpiar. Regatos. Caminos sin señalizar. Aventura. Pero todo con alegría. "Es bonito buscar soluciones; probar diferentes caminos hasta encontrar el verdadero".
Comemos ¡bien! en la Ballota, en Casa Fernando. Luego seguimos caminando con destino a Cadavedo... Nos acompañan Sulín, la coreana, y su novio alemán.. Se respira amistad... En Cadavedo el albergue está lleno... por lo que continuamos ocho km más y dormimos en el hostal Canero...
Y al día siguiente un sendero nos conduce a la playa de Cueva, donde respiramos la fuerza y la frescura del Cantábrico... Subimos luego por un sendero... Una cuesta empinada con unas vistas maravillosas... Pasamos luego por Caroyas y Almuña... y luego llegamos a Luarca. La entrada es esta Villa desde arriba, desde lo alto del monte, nos permite disfrutar de unas maravillosas vistas.
En Luarca se acaba, para nosotos, por este año, el Camino... y empieza el autobús... y la vuelta a casa... Es la vuelta a la realidad, a la cotidianeidad...
Pero traemos dentro la fuerza, la energía, y la magia del Camino, que nos acompañarán durante todo el año...
Y en el Camino quedan un montón de peregrinos amigos ... Han sido, como siempre, unos días cargados de vivencias y emociones intensas...
(Agosto 2007)
"I came to find God in me. And now I find Him everywhere. I have to bring this back to my daily life, where I actually live now. "Cami" means "God" in Japanese" (Wrenn)
"Caminar es besar la tierra con los pies" (Juan)
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