ELECTRODOMÉSTICOS JOSE LUIS

(antes LA SINGER)

     Hace ya mucho tiempo, allá por el año 1961, en el bajo de su casa sita en la calle Conde Vallellano, número 9, de O Carballiño, Don Amador Fernández Sanmamed abrió un comercio para vender máquinas de coser. Se llamaba LA SINGER. Era miércoles, 7 de junio de 1961, el día en que está fechada la licencia de apertura...

      Aunque, tal como me cuenta José Luis, previamente y al menos diez años antes Don Amador Fernández Sanmamed tenía en la misma casa, aunque en el sótano, un taller de calzado, donde con cuatro o cinco operarios fabricaba las típicas botas de fuelle. Y al mismo tiempo, en el bajo, su esposa Doña Obdulia tenía un taller de fabricación de prendas de punto.
     Este fue el germen de la apertura de la tienda de máquinas de coser, dado que por evidentes motivos profesionales los dos dependían de las máquinas para hacer su trabajo.
     En una ocasión se desplazaron a Madrid a comprar una máquina de calcetar y allí les convencieron para coger la representación de LA SINGER.

     Por aquel entonces eran muchas las chicas que no estudiaban, y que empleaban su tiempo en aprender a coser y a bordar... Era, como si dijéramos, una "formación profesional"... Una manera de aprender el oficio de costureras, tanto para ejercerlo en el propio hogar, como incluso para trabajar por cuenta ajena...

     Y muy pronto el comercio de LA SINGER se convirtió en una pequeña "escuela de formación". En él la esposa de Don Amador, Doña Obdulia Alvarez González, enseñaba a las chicas a coser y a bordar. Y llegó a tener hasta 22 alumnas. La relación con las chicas era muy familiar. Algunas de ellas vivían en Carballiño. Pero otras venían desde los pueblos de la comarca, e incluso desde la zona de Avión... Y las que venían de lejos traían de su casa la comida y se la comían arriba, en la vivienda de los dueños del comercio... Era como una gran familia...

     Por aquel entonces José Luis era todavía un niño pequeño, muy guapo y un poco travieso, al que las aprendices de costureras le pedían a veces un beso... y él les pedía a cambio un peso...

     El comercio empezó, por tanto, vendiendo máquinas de coser y dando clases de costura y de bordado. Era una actividad pujante en aquellos tiempos. Se vendían muchas máquinas de coser y ningún móvil... A la inversa de lo que hoy sucede, pues ahora se venden muchos móviles y casi ninguna máquina de coser... ¡Mucho han cambiado los tiempos!

     Luego empezaron a ampliar el negocio para vender, además de máquinas de coser, todo tipo de electrodomésticos...

     A partir del año 1990 el comercio pasó al hijo José Luis Fernández Álvarez, y cambió su nombre pasando a llamarse ELECTRODOMÉSTICOS JOSE LUIS... Pero siguió estando en el mismo sitio.

     A partir de 1993 pasa a vender también muebles de cocina. Y en 1995 entra en el campo de la telefonía móbil, como distribuidor oficial de lo que entonces se llamaba Airtel, hoy Vodafone.

     En 2006 abren una nueva tienda, en la calle Avenida de la Estación número 110, en el Edificio Fraguas, bajo el nombre de TIEN 21. Esta tienda se centra en el negocio de muebles de cocina y de gandes electrodomésticos. Y mantienen la tienda de siempre, en la calle Conde Vallellano, dedicada a la venta de electrodomésticos, televisión, telefonía móvil y pequeño electrodoméstico... En el día a día la tienda de la Avenida de la Estación la atiende José Luis y la de la calle Conde Vallellano la gestiona su mujer, Marga.

     La historia de este negocio es para mi muy bonita, pues veo en ella un ejemplo del desarrollo del espíritu empresarial, combinando tradicción y modernidad. Todo un ejemplo de evolución sin ruptura, de adaptación paulatina a los nuevos tiempos...

     Es un ejemplo que deberíamos tener en cuenta. No está bien anclarse en el pasado. Pero tampoco está bien hacer rupturas bruscas, cambiando de repente el estilo y la filosofía del negocio... ELECTRODOMÉSTICOS JOSE LUIS ha dado con la clave del éxito: cambiar, pero sin romper bruscamente con lo anterior; evolución continua y adaptación a los nuevos tiempos, pero manteniendo las raíces; crecimiento y expansión, pero sin hacer piruetas en el aire...

(O Carballiño, 17 de agosto de 2012)

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