COMERCIOS DO CARBALLIÑO |
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CALZADOS PEREZ
En la calle Tomás María Mosquera, núemro 18, haciendo esquina con la calle Margarita Taboada, encontramos CALZADOS PEREZ. Abrió sus puertas en el mes de septiembre de 1971.
El nombre le viene del apellido de su propietario, Miguel Pérez, el cual nos cuenta que "el comercio lo pusimos para mi mujer, que quería trabajar". Su esposa, Mariluz, nos explica que de niña vivía en Coruña, y que ayudaba de vez en cuando en una tienda de zapatos... Y que eso le gustaba... Y que por eso se decidieron a poner una tienda de calzado... "Estuvimos toda una noche sin dormir, planeando lo que íbamos a hacer y cómo lo íbamos a hacer", nos dice.
Luego buscaron el sitio, el bajo de una casa vieja pero muy bien situada, en el que anteriormente había una tienda de ultramarinos o de comestibles. El local estaba muy abandonado, pero lo arreglaron, y, a pico y pala, con la ayuda de un obrero, hizieron un sótano para destinarlo a almacén, y quitaron la gruesa parede que separaba de la calle para poner en su lugar un escaparate...
Abrieron al público, tal como ya se dijo, en el mes de septiembre de 1971... Pero ya antes de abrir empezaron a vender zapatos... Y eso que en aquellos tiempos solo había "cuatro zapatos"... pero se vendía muy bien... "Los días de feria no se cerraba ni para comer". Luego la cosa cambió muchísimo: ahora hay que tener muchas marcas y modelos y cambiarlos según van cambiando las modas...
Ya desde el principio CALZADOS PEREZ usó como signo distintivo la calidad: "Nosotros siempre tuvimos calzado bueno y buenas marcas. Otros vendían más y más barato, pero cuando alguien quería algo bueno tenía que venir a nosotros"
Además de calzado también venden bolsos, cinturones, guantes y otros complementos de piel. Y antes tenían también calzado de niños.
"¿Y la crisis, cómo la llevan?". "Bueno, nosotros de momento aún no tenemos queja. Tenemos clientes de los de siempre. Y por unos vienen otros. Y además tenemos bastantes clientes de los que viven en América que también nos compran".
Ahora el que lleva la tienda es su hijo, que se llama Miguel Angel.
Entra una señora. La atienden y la aconsejan con amabilidad, con tacto, con cariño... Se prueba varios modelos. "¿A tí cual te gusta más?" "El que a tí te quede más cómodo. Camina un poco con ellos... Yo creo que este tiene el tacón un poco más bajo y más ancho y te va a resultar más cómodo..." Conversan durante un rato. Al final se lleva unos zapatos y se despide. Da la impresión de que es una clienta de las de toda la vida...
(Carballiño, 20 de julio de 2012)
"O que converte a vida nunha bendición non é facer o que nos gusta, senón que nos guste o que facemos" (GOETHE)
©Instituto de Estudios Carballiñeses.