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LA FOTOGRAFÍA, LA VERDAD, LA MEMORIA Y LA FELICIDAD

 

 

     Todo está en constante cambio. El pasado se ha ido. Y de él nos quedan solo algunos recuerdos que se van volviendo cada vez más borrosos e imprecisos.

     El presente es lo único que existe. Pero es siempre un instante fugaz. Algunas veces queremos rebelarnos contra la tiranía del olvido y buscamos maneras de hacer eterno el momento. Uno de los caminos puede ser la escritura: narrar lo que pasa para luego poder recordarlo. Pero la escritura es una interpretación, una traducción, que nunca reflejará con exactitud la realidad...

     Otra forma de capturar el instante para eternizarlo es la fotografía. La cámara recoge el momento y lo congela. ¿Es eso la verdad? ¿La fotografía es verdad o es mentira? El fotógrafo nunca es neutro, siempre selecciona, encuadra, interpreta… Una foto no es “la verdad”, sino que es el reflejo de cómo el fotógrafo ve esa realidad…

     Pero en cualquier caso la fotografía deja plasmado ese paisaje, esa luz, ese rostro, esa expresión del alma… Capta, refleja y eterniza ese momento… Y lego el verla nos sirve para recordar… ¿Fotografiamos para recordar? A simple vista parece que es así. Cuando vemos un álbum de fotos de familia revivimos tiempos pasados, emociones, sentimientos… El día de nuestra boda, el rostro del abuelo que ya se fue, los niños cuando eran pequeños… Todo está lleno de recuerdos… Pero ¿está ahí toda nuestra vida? Pues no. Falta la foto del entierro del abuelo, falta la foto de su cadáver, faltan las fotos de todos esos momentos en los que estuvimos enfermos, angustiados, tristes, deprimidos… ¿Por qué no están esas fotos? ¿Por qué, en cambio, sí hay fotos de casi todas las fiestas, viajes, cumpleaños… ?

     Reflexionemos un poco: Habitualmente hacemos fotos de nuestros momentos felices, y no hacemos fotos de nuestros malos momentos. ¿Por qué?

     Si fotografiamos para recordar… ¿Solo fotografiamos aquello que realmente queremos recordar? Y … ¿omitimos las fotos de aquello que queremos olvidar? … Al fotografiar estamos seleccionando… Lo bueno sí, lo malo no… Queremos enterrar todo lo negativo. Taparlo. Ocultarlo. Borrarlo. Por eso no lo fotografiamos… Tenemos una memoria selectiva. Y tenemos también una fotografía selectiva.

     Por eso podemos concluir que también fotografiamos para olvidar. Para olvidar aquello que no captamos con nuestra cámara, porque no nos gusta…

     Y todo esto ¿por qué? y… ¿para qué?

      En el fondo todo esto es lo hacemos porque también cuando fotografiamos estamos buscando la felicidad… Y la felicidad es llenar el vaso del cerebro y la copa del alma con el néctar dulce que alimenta la planta de nuestro bienestar, dejando en el olvido todo lo desagradable… Recordar lo bueno. Olvidar lo malo. Fotografiar lo bello. Dejar fuera del encuadre lo amargo.

     Cuando fotografiamos buscamos la belleza. ¿La buscamos por sí misma, o por la capacidad que tiene de generar felicidad? La percepción de lo bello aumenta en nuestro cerebro la sensación de felicidad. ¿Es esto lo que de verdad nos mueve?

 

     Fotografiamos para recordar. Fotografiamos para olvidar. Fotografiamos para coleccionar pequeñas semillas de felicidad.

(Juan, 31-10-2014)

 

¿Por qué el que hizo esta foto captó este preciso instante y no otro anterior o posterior?

 

 

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"Lo que convierte la vida en una bendición no es hacer lo que nos gusta, sino que nos guste lo que hacemos." (GOETHE)


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