¿Una imagen vale más que mil palabras?

     Desde el punto de vista económico el valor de las cosas depende fundamentalmente de la oferta y la demanda. El aire que respiramos es mucho más importante y necesario que el oro o los diamantes. Pero de momento el aire no es un bien escaso. Y por eso su "precio" o valor económico no es elevado. Hay una oferta abundante. En cambio la oferta de oro o de diamantes es pequeña: son bienes escasos y por eso su precio es elevado. La escasez (oferta pequeña) de un bien hace que su precio aumente. Y la abundancia (oferta grande) de un bien hace que su precio disminuya. Y desde el punto de vista de la demanda sucede a la inversa: si la demanda aumenta el precio del bien aumenta y si la demanda disminuye el precio baja.

     Hace cien años había muy pocas imágenes. Cuadros, dibujos, gravados, unas pocas fotografías ... En aquel momento adquirir una "imagen" era caro. El precio de las imágenes era alto. En cambio era mucho más fácil "adquirir" palabras. En este contexto nace el dicho de que una imagen vale más que mil palabras.

     El cine, la televisión, la fotografía digital, internet... han revolucionado totalmente el mundo de la imagen. Hoy tenemos exceso de oferta de imágenes. Por ello las imágenes se devalúan. Cualquiera puede descargar en su ordenador desde internet miles de fotografías sin pagar nada por ello. Y cualquiera que tenga una cámara digital puede tomar miles de fotografías sin que ello le cueste dinero. El "coste variable" de obtener fotografías se ha reducido prácticamente a cero.

     Hoy "nadamos en imágenes". Y por ello las imágenes cada vez tienen menor valor. Y si seguimos así llegará un momento en que habrá que decir que "una palabra vale más que mil imágenes".

     Por eso pienso que, en este nuevo mundo en el que las imágenes sobreabundan, a veces el ponerle un título a una imagen puede tener sentido y puede reforzar el mensaje que la fotografía quiere transmitir.

(Juan, 28-08-2005)