galicias >> frases bonitas >>

Galicias.com: una casa para todos


alegria
amistad
amor
apocalipsis
arte
bondad
corazón
dolor
educación
envidia
esperanza
estrafalarias
fe
felicidad
filosofía
fotografía
justicia
juventud
libertad
luz ....
mirada
mujer
paz
política
revolución
risa
silencio
sonrisa
sueños
trabajo
valor
varios
vida
Frases para sonreir
agua
gracias
frases recibidas
vuestras frases
hablemos
gracias
curiosidades
poemas de amor

Frases Proverbios Amabilidad Pensamientos de Peregrinos Utopía  Vida feliz Felicidad

FE: algunas frases o ideas cristianas.

Sitio Católico

"Sabía que la fe es sana" (Victor Hugo)

"La fe y el amor nos ayudan a superar los miedos y a llevar una vida llena de paz, de esperanza y de alegría" (Juan)

"El espíritu es como el viento y como el agua: cuando se encuentra con un obstáculo, no se detiene, sino que trata de sortearlo" (Padre José Valdavida)

"La fe es la roca sobre la que se construye la felicidad duradera" (Adam J. Jackson)

"...el Papa, para ejercer el poder, debe ... abrir los brazos para custodiar a todo el Pueblo de Dios y acoger con afecto y ternura a toda la humanidad, especialmente los más pobres, los más débiles, los más pequeños .... Sólo el que sirve con amor sabe custodiar" (El Papa Francisco)

"No olvidemos nunca que el verdadero poder es el servicio" (El Papa Francisco)

"Dios no se cansa de perdonar" (El Papa Francisco)

"No debemos tener miedo de la bondad, de la ternura" (El Papa Francisco)

"Dios no habla, pero todo habla de Dios" (Julien Green)

"Reza como si todo dependiera de Dios, pero trabaja como si todo dependiera de tí" (Francis J. Spellman)

"Hablar con Dios es mucho más importante que hablar sobre Dios" (Hans Asmussen)

Jesús de Nazaret condenaba el pecado pero abrazaba y perdonaba al pecador.

Dios mira al corazón

     "La mirada de Dios no es como la mirada del hombre, pues el hombre mira las apariencias, pero el Señor mira el corazón." (1Sam 16,7)

 

El amor

     Lectura de la Carta de San Pablo a los Romanos: 12,9-21


     “Que vuestro amor no sea una farsa; detestad lo malo y abrazaos a lo bueno. Amaos de verdad unos a otros como hermanos y rivalizad en la mutua estima. No seáis perezosos para el esfuerzo. Manteneos fervientes en el espíritu y prontos para el servicio del Señor.


     Vivid alegres por la esperanza, sed pacientes en la tribulación y perseverantes en la oración.

     Compartid las necesidades de los creyentes. Practicad la hospitalidad. Bendecid a los que os persiguen.

      Bendecid y no maldigáis.

     Alegraos con los que se alegran; llorad con los que lloran. Vivid en armonía unos con otros y no seáis altivos, antes bien poneos al nivel de los sencillos. Y no seáis autosuficientes.

      A nadie devolváis mal por mal; procurad hacer el bien ante todos los hombres.

     Haced lo posible, en cuanto de vosotros dependa, por vivir en paz con todos. No os toméis la justicia por vuestra mano, sino dejad que Dios castigue.

     Por tanto, si tu enemigo tiene hambre, dale de comer, si tiene sed, dale de beber. Actuando así harás que enrojezca de vergüenza.

      No te dejes vencer por el mal; antes bien, venced al mal a fuerza de bien”.

El mandamiento nuevo

     Os doy un mandamiento nuevo: Que os améis los unos a los otros como yo os he amado, que os améis mutuamente. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si os tenéis amor los unos a los otros. (Juan 13, 34-35)

Estad siempre alegres

Hermanos:

     Estad siempre alegres. Orad en todo momento. Dad gracias por todo, pues esta es la voluntad de Dios con respecto a vosotros como cristianos.

     No apaguéis la fuerza del espíritu, no menospreciéis el don de profecía.

     Probadlo todo y quedaos con lo bueno.

     Apartaros de todo tipo de mal. Que el Dios de la Paz os ayude a vivir como corresponde a auténticos creyentes; que todo vuestro ser -espíritu, alma y cuerpo- sea custodiado sin reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo.

     El que os ha llamado es fiel y cumplirá sus promesas.

(Primera carta a los Tesalonicenses, 5, 16-24)

Dios y el dinero

Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podeis servir a Dios y al Dinero. (Mateo 6, 24)

No juzgar

No juzgueis y no sereis juzgados. (Mateo 7, 1)

La regla de oro

Todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo tambien vosotros a ellos.(Mateo 7, 12)

Frutos

Por sus frutos los conocereis. ... Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. (Mateo 7, 16-18)

Perdón de las ofensas

Pedro se acercó entonces y le dijo: "Señor, ¿Cuantas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces?" Dícele Jesús: "No te digo hasta siete veces, si no hasta setenta veces siete"(Mateo 18, 21)

Jesús y los niños

Dejad que los niños se acerquen a mi, y no se lo impidáis, porque de los que son como ellos es el Reino de los Cielos. (Mateo 19, 14)

El mandamiento principal

Un fariseo le preguntó: "Mestro, ¿cual es el mandamiento mayor de la Ley?". Jesús le dijo: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este el el mayor y el primer mandamiento. El segundo es semejante a este: amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos penden la Ley y los Profetas. (Confer Mateo 22, 34-40)

Amor a los enemigos

Yo os digo: amad a vuestro enemigos, haced bien a los que os odien, bendecid a los que os maldigan, rogad por los que os difaman, ... haced el bien y prestad sin esperar nada a cambio.... (Confer Lucas 6, 27-35).

Las Bienaventuranzas

(del Evangelio de San Mateo, capítlo 5)

Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

Bienaventurados los no violentos, porque ellos poseerán la tierra.

Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.

Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.

Bienaventurados los perseguidos por ser justos, porque de ellos es el Reino de los Cielos.

La mujer adúltera

     Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices?
     Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo.
     Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: Aquél de vosotros que esté sin pecado, que arroje la primera piedra.
     E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra.
     Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio.
     Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó?
     Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: "Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más. (Juan 8, 3-11)

Fe

"Pide y recibirás.
Busca y encontrarás.
Llama y la puerta se abrirá.
Porque quien pide recibe; quien busca encuentra; y a quien llama se le abre la puerta".
(Jesús de nazaret, Mateo 7, 7-8)

Los Apóstoles dijeron al Señor: "Auméntanos la fe".
El respondió: "Si tuvierais fe del tamaño de un grano de mostaza, y dijerais a esa morera que está ahí: "Arráncate de raíz y plántate en el mar", ella os obedecería. (San Lucas 17,6)

Bendición

"El Señor dijo a Moisés:
Habla en estos términos a Aarón y a sus hijos: Así bendecirán a los israelitas. Ustedes les dirán:
Que el Señor te bendiga y te proteja.
Que el Señor haga brillar su rostro sobre ti y te muestre su gracia.
Que el Señor te descubra su rostro y te conceda la paz.

Que ellos invoquen mi Nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré.
(Libro de los Números 6,22-27).

 

Lectura del primer libro de los Reyes 17, 10-16

      En aquellos días, el profeta Elías se puso en camino hacia Sarepta, y, al llegar a la puerta de la ciudad, encontró allí una viuda que recogía leña. La llamó y le dijo: «Por favor, tráeme un poco de agua en un jarro para que beba.» Mientras iba a buscarla, le gritó: «Por favor, tráeme también en la mano un trozo de pan.» Respondió ella: «Te juro por el Señor, tu Dios, que no tengo ni pan; me queda sólo un puñado de harina en el cántaro y un poco de aceite en la alcuza. Ya ves que estaba recogiendo un poco de leña. Voy a hacer un pan para mí y para mi hijo; nos lo comeremos y luego moriremos.» Respondió Elías: «No temas. Anda, prepáralo como has dicho, pero primero hazme a mí un panecillo y tráemelo; para ti y para tu hijo lo harás después. Porque así dice el Señor, Dios de Israel: "La orza de harina no se vaciará, la alcuza de aceite no se agotará, hasta el día en que el Señor envíe la lluvia sobre la tierra."» Ella se fue, hizo lo que le había dicho Elías, y comieron él, ella y su hijo. Ni la orza de harina se vació, ni la alcuza de aceite se agotó, como lo había dicho el Señor por medio de Elías.

Esa pobre viuda ha echado más que nadie
Lectura del santo evangelio según san Marcos 12, 38-44

 

      En aquel tiempo, entre lo que enseñaba jesús a la gente, dijo: _ «¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en la plaza, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas, con pretexto de largos rezos. Éstos recibirán una sentencia más rigurosa.» Estando Jesús sentado enfrente del arca de las ofrendas, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban en cantidad; se acercó una viuda pobre y echó dos reales. Llamando a sus discípulos, les dijo: «Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero ésta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir.»

 

Oración del Padre Nuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo,

santificado sea tu Nombre;

venga a nosotros tu reino;

hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;

perdona nuestras ofensas,

como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;

no nos dejes caer en la tentación,

y líbranos del mal.

Amén.

 

NOSO PAI

Noso Pai que estás no ceo,
santificado sexa o teu nome,
veña a nós o teu reino
e fágase a túa vontade
aquí na terra coma no ceo.
O noso pan de cada día dánolo hoxe;
e perdóano-las nosas ofensas
como tamén perdoamos nós a quen nos ten ofendido;
e non nos deixes caer na tentación,
mais líbranos do mal.
Amen!

Vater Unser im Himmel,
Geheiligt werde dein Name,
Dein Reich komme,
Dein Wille geschehe,
wie im Himmel so auf Erden.
Unser tägliches Brot gib uns heute.
Und vergib uns unsere Schuld,
wie auch wir vergeben unseren Schuldigern.
Und führe uns nicht in Versuchung,
sondern erlöse uns von dem Bösen.
Denn dein ist das Reich und die Kraft
und die Herrlichkeit in Ewigkeit.
Amen.

Our Father Who art in heaven,
Hallowed be Thy Name.
Thy Kingdom come.
Thy will be done on earth, as it is in Heaven.
Give us this day our daily bread.
And forgive us our tresspasses,
as we forgive those who tresspass against us.
And lead us not into temptation,
but deliver us from evil:
Amen.

Notre Père qui es aux cieux
que ton nom soit sanctifié,
que ton règne vienne,
que ta volonté soit faite
sur la terre comme au ciel.
Donne-nous aujourd'hui notre pain de ce jour.
Pardonne-nous nos offenses,
comme nous pardonnons aussi à ceux qui nous ont offensés.
Et ne nous soumets pas à la tentation,
mais délivre-nous du Mal.
Car c'est à toi qu'appartiennent, dans tous les siècles,
le règne, la puissance et la gloire.
Amen!

Padre nostro, che sei nei cieli,
sia santificato il tuo nome
venga il tuo regno,
sia fatta la tua volontà,
come in cielo così in terra.
Dacci oggi il nostro pane quotidiano,
e rimetti a noi i nostri debiti
come noi li rimettiamo ai nostri debitori,
e non ci indurre in tentazione,
ma liberaci dal male.
Amen.


Pater noster, qui es in caelis:
sanctificetur nomen tuum.
Adveniat regnum tuum.
Fiat voluntas tua, sicut in caelo, et in terra.
Panem nostrum cotidianum da nobis hodie.
Et dimitte nobis debita nostra,
sicut et nos dimittimus debitoribus nostris.
Et ne nos inducas in tentationem,
sed libera nos a malo.
Amen.

Oración Simple

Señor, haz de mi un instrumento de tu paz.

Que allá donde hay odio, yo ponga el amor.

Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón.

Que allá donde hay discordia, yo ponga la unión.

Que allá donde hay error, yo ponga la verdad.

Que allá donde hay duda, yo ponga la Fe.

Que allá donde hay desesperación, yo ponga la esperanza.

Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz.

Que allá donde hay tristeza, yo ponga la alegría.

Oh Señor, que yo no busque tanto

ser consolado, cuanto consolar,

ser comprendido, cuanto comprender,

ser amado, cuanto amar.

Porque es dándose como se recibe,

es olvidándose de sí mismo como uno se encuentra a sí mismo,

es perdonando, como se es perdonado,

es muriendo como se resucita a la vida eterna.

(De autor anónimo, aunque muchos la atribuyen erróneamente a San Francisco de Asís)

 

     En la misa inaugural de su ministerio pontificio en la plaza de San Pedro de Roma Juan Pablo II nos regaló este mensaje “No tengáis miedo a acoger a Cristo y aceptar su poder. Ayudad al Papa y a cuantos deseen servir a Cristo; servid, con el poder de Cristo a la persona humana y a toda la humanidad. No tengáis miedo. Abrid las puertas a Cristo de par en par. A su poder salvador se abren las fronteras de los Estados, de los sistemas económicos y políticos, los vastos campos de la cultura, la civilización y el desarrollo. No tengáis miedo. Cristo sabe lo que hay dentro del hombre. Sólo él lo sabe”. (octubre del año 1978)

"Si no encuentras a Dios en el prójimo, que lo tienes cerca, es una pérdida de tiempo que lo busques más lejos" (Gandhi)

 

 

DISCURSO DE Barack Obama
Desayuno Nacional de la Oración
5.02.09 - Washington, DC

     "Buenos días… Michelle y yo nos sentimos honrados al compartir con ustedes nuestra plegaria de esta mañana. Sé que este desayuno tiene una larga historia en Washington, y como la fe ha sido siempre una fuerza orientadora en nuestra vida familiar, nos sentimos como en casa, y esperamos mantener esta tradición activa durante el tiempo en que estemos aquí.

Es una tradición que según me han contado, comenzó en la ciudad de Seattle. Transcurría el momento culminante de la Gran Depresión, y la mayoría de la gente se encontraba sin trabajo. Muchos cayeron en la pobreza. Algunos lo perdieron todo.

Los líderes de cierta comunidad hicieron todo lo posible por aquellos que estaban sufriendo en aquel lugar. Y luego decidieron hacer algo más: comenzaron a rezar. Independientemente de cuál fuera la parcialidad o afiliación religiosa a la que perteneciera cada uno. Simplemente se reunieron una mañana como hermanos y hermanas para compartir una comida y para hablar con Dios.

Esos desayunos rápidamente se diseminaron por todo Seattle, y luego por distintas ciudades y pueblos a través de América, hasta llegar a Washington. Y poco tiempo después que el Presidente Eisenhower pidiera a un grupo de Senadores si podían acompañarlo en su desayuno de oración, se convirtieron en un evento nacional.

En el momento actual, al ver aquí presidentes y dignatarios de todas partes del mundo, se me hace evidente que ésta es una de las raras ocasiones que aún es capaz de reunir a gran parte del mundo en un momento de paz y buena voluntad.

Cuento esta historia porque con demasiada frecuencia hemos visto que se utiliza la fe como herramienta para dividir a unos de otros; como una excusa para el prejuicio y la intolerancia. Se han emprendido guerras. Se han ejecutado inocentes. A lo largo de los siglos, religiones enteras han sido perseguidas, siempre en el nombre de lo que se cree correcto.

Sin duda la misma naturaleza de la fe muestra que nuestras creencias nunca serán iguales. Leemos diferentes libros. Seguimos diferentes mandatos. Estamos suscritos a diferentes relatos acerca de cómo fue que llegamos aquí, y adonde iremos luego. Y algunos no profesan absolutamente fe alguna.

Pero independientemente de aquello en que elijamos creer, recordemos que no existe ninguna religión cuyo credo central sea el odio. No existe Dios que consienta la eliminación de seres humanos inocentes. Esto lo sabemos muy bien.

Sabemos también que a pesar de nuestras diferencias, hay una ley que vincula a las grandes religiones. Jesús nos dijo “ama a tu prójimo como a ti mismo”. La Torah ordena: “aquello que sea malo para ti, no lo hagas a tus semejantes”. En el Islam, hay una enseñanza que afirma: “ninguno cree realmente hasta que desea para su hermano lo mismo que desea para si”. Y lo mismo vale para los Budistas, los Hinduistas, los seguidores de Confucio y para los humanistas.

Es, por supuesto, la Regla de Oro, la propuesta que nos invita a amarnos, a entendernos, a tratar con dignidad y respeto a todos aquellos con quienes compartimos un breve momento en esta tierra.

Es una regla antigua, una regla simple, pero también uno de los mayores desafíos. Porque pide de cada uno de nosotros que tomemos responsabilidad por el bienestar de gente que tal vez no conocemos ni admiramos y con quienes tal vez no coincidimos en todo.

A veces, nos pide que nos reconciliemos con acérrimos enemigos, o que resolvamos viejas disputas. Y eso requiere una fe activa, vital, y fervorosa. Requiere no sólo que creamos, sino que actuemos, para dar algo de nosotros para beneficio de otros y la construcción de un mundo mejor.

De este modo, la fe particular que nos motiva puede promover un bien mayor para todos. En lugar de separarnos, nuestras variadas creencias pueden unirnos en la intención de alimentar al hambriento y confortar al afligido; en la intención de llevar paz donde hay conflicto y reconstruir lo que ha sido roto; para levantar a aquellos que han caído en un tiempo de dificultad...

 

...En un mundo que se hace más pequeño cada día, tal vez podamos ir dejando afuera a las destructivas fuerzas del fanatismo, haciendo lugar para el sano poder del mutuo entendimiento.

Esta es mi esperanza. Esta es mi plegaria.

Creo que este beneficio es posible porque mi fe me dice que todo es posible, pero también creo en base a lo que he visto y he vivido.

No me crié en una casa particularmente religiosa. Tuve un padre que nació musulmán pero se volvió ateo, abuelos metodistas y bautistas no practicantes, y una madre que no creía en la religión organizada, a pesar de ser la más bondadosa y espiritual persona que jamás he conocido. De niño ella me enseño a amar y a comprender, y a tratar a otros como quisiera que me trataran a mí.

No me convertí en cristiano sino muchos años después, cuando me trasladé a la Zona Sur de Chicago luego de la secundaria. No fue por adoctrinamiento ni por una súbita revelación, sino porque pasé mes tras mes trabajando con gente de la iglesia que simplemente quería ayudar a los vecinos que estaban pasando por un mal momento, sin tomar en cuenta qué aspecto tenían, o de dónde venían, o a quién dirigían sus oraciones.

Fue en esas calles, en esos vecindarios, donde por primera vez sentí el espíritu de Dios llamándome. Fue allí donde me sentí llamado para un propósito superior, Su propósito.

En diferentes caminos y de diferentes formas, es ese espíritu y esa sensación de propósito lo que guió a los amigos y vecinos de aquel primer desayuno de oración en Seattle, hace tanto tiempo, en otro período de prueba para nuestra nación. Es lo que guía a amigos y vecinos de tantas naciones y confesiones hacia aquí el día de hoy.

Venimos a compartir el pan y a dar gracias y a buscar orientación, pero también a fortalecer nuestra dedicación a la misión de amor y servicio que yace en el corazón de toda la humanidad. Como San Agustín dijo una vez: “Reza como si todo dependiera de Dios. Trabaja como si todo dependiera de ti”.

Así que recemos juntos esta mañana de febrero, pero trabajemos juntos también todos los días y meses que tenemos por delante. Porque es sólo a través de la lucha y el esfuerzo común como hermanas y hermanos, que cumpliremos nuestros mayores destinos como criaturas amadas de Dios. Les pido que se unan a mi en ese esfuerzo, y también les pido que recen por mi, por mi familia, y por la continua perfección de nuestra unión. Gracias" (Barack Obama).

 

 

"Cuando se deja de creer en Dios, en seguida se cree en cualquier cosa" (Chestertón)

"Quien da a los pobres, presta a Dios" (Victor Hugo)

     "Practica tu propia religión. Si quieres, beneficiate también de las enseñanzas de otras religiones. Esto te ayudará a ser un buen ser humano, que es el único camino para ser feliz" (Creo que esta frase la dijo un monje del Tibet, cuyo nombre ignoro)

     "Dios no nos ha dado palabras en conserva para que las custodiemos, sino palabras vivas para alimentarnos y alimentar a los otros" (Charles Péguy)

 

      Desde Brasilia (Brasil) me enviaron por email algo que me parece muy sencillo pero a la vez muy bonito y muy profundo. No sé quien será el autor. Pero a la espera de saberlo lo pongo aquí porque creo que su lectura puede resultar muy interesante:


DEUS É COMO AÇÚCAR

     Um certo dia um homem foi em uma escola falar de DEUS. Chegando lá perguntou se as crianças conheciam a Deus, e elas responderam que sim. Continuou a perguntar e elas disseram Deus é o nosso pai, Ele fez a terra o mar e tudo que esta nela, nos fez como filhos Dele.

     E o homem se impressionou com a resposta dos alunos e foi mais longe:
- Como vocês sabem que Deus existe, se nunca o viu?
A sala ficou toda em silêncio, mas Pedro um menino muito tímido levantou as mãozinhas e disse:
- A minha mãe me disse que Deus é como o acúcar no meu leite que ela faz todas as manhãs, eu não vejo o açúcar que está dentro da caneca no meio do leite, mas se ela tira, fica sem sabor. Deus
existe, e está sempre no meio de nós, só que não O vemos, mas se Ele sair de perto, nossa vida fica... sem sabor.
O homem sorriu, e disse:
- Muito bem Pedro, eu agora sei que Deus é o nosso açúcar e que está todos os dias adoçando a nossa vida.
- deu a bênção e foi embora da escola surpreso com a resposta daquela criança.
Jesus quer tornar a nossa vida muito abençoada, para que isso aconteça é necessário deixarmos que Deus faça milagres e uma grande transformação em nosso coração.

Um Bom dia ... E Não esqueçamos de colocar "AÇÚCAR" em nossas vidas!!!!!

***

Sentir que Dios me quiere

me ayuda a ser feliz.

***

La experiencia religiosa es una de las vivencias más profundas y gratificantes que puede tener el ser humano (Juan).

***

"La fe no es una cuerda que nos ata y nos da seguridad. La fe es un viento fuerte que nos despierta y que nos pone de nuevo a volar" (Juan)

***

“El alma no puede ser despedazada por ningún arma, ni quemada por el fuego, ni podrida por el agua, ni desgastada por el viento” (Bhagavad Gita)

***

Algunos textos del Apocalipsis

     A Jesús le acusaron, le persiguieron, le detuvieron, le encarcelaron, le torturaron, le juzgaron, le condenaron a muerte y le ejecutaron. ¿Qué delito cometió?

 

Hola Amig@s...


"Lo que convierte la vida en una bendición no es hacer lo que nos gusta, sino que nos guste lo que hacemos." (GOETHE)

"No me resigno a que, cuando yo muera, siga el mundo como si yo no hubiera vivido" (Pedro Arrupe)


TOP: Ir al INICIO de esta página

Benvid@, a Galicias.com

MAPA DE LA WEB

Contador