EL SANTUARIO DE LOS MILAGROS

"...sucede como con María: Si se quieres saber quién es, se pregunta a los teólogos; si se quiere saber cómo se la ama, hay que preguntar al pueblo." (Papa Francisco, en la entrevista concedida a LA CIVILTÀ CATTOLICA" en el mes de agosto de 2013)

     El Santuario de la Nuestra Señora de los Milagros está situado en la provincia de Ourense, en el municipio de Baños de Molgas, en la parroquia de San Juan de Vide. Es conocido popularmente como el Santuario de la Virgen de los Milagros.

     El Santuario está situado en una pequeña colina llamada «Monte Medo», en medio de una llanura, al pie de la sierra de San Mamede. Está a unos 35 Km. de Ourense.

     Es el centro de peregrinación y de manifestación y expresión de la devoción a la Virgen María más importante de la provincia de Ourense.

     En él se celebra cada año en el mes de septiembre la novena a la Virgen, a la que acuden anualmente cerca de cien mil personas, procedentes de toda la provincia de Ourense, pero también muchas de ellas provenientes de otras provincias cercanas y también de Portugal. La novena empieza el día 30 de agosto y termina el día 7 de septiembre, y el día 8 de septiembre se celebra la gran fiesta de la Natividad de Nuestra Señora. Cada día se celebran misas a diferentes horas, tanto por la mañana como por la tarde.

     Cada día acuden acuden al Santuario de los Milagros gran número de peregrinos. Muchos de ellos lo hacen en coche o en autobús. Pero también son muchos los que peregrinan a pie. Cada noche un gran número de personas de todas las edades salen de Ourense andando y caminan toda la noche para recorrer los más de 30 km que separan la ciudad del Santuario. Sin dormir, cansados, pero inmensamente felices y emocionados, llegan a los Milagros antes del amanecer. Grupos de amigos, familias enteras, personas solas, mayores, jóvenes, niños... todos, cada uno a su manera, viven y expresan su fe y su devoción a la Virgen con libertad y espontaneidad. Verlos y compartir su caminar es una experiencia realmente sobrecogedora.

     Pero hay también algunas personas que viven de un modo mucho más profundo su fe y su devoción. Como por ejemplo aquel padre que pidió a la Virgen que le sanase a un hijo de una enfermedad que los médicos no acertaban a curar... Y cuando el milagro se produjo y el hijo sanó... el padre acudió al Santuario de los Milagros a dar gracias a la Virgen, caminando descalzo, por caminos de montaña, desde su casa... recorriendo así, descalzo, más de treinta kilómetros... No importa que ello le produjera grandes heridas y llagas en los pies, y que luego tuviera que guardar cama durante varios días... Él había cumplido su promesa, y este cumplimiento quedó gravado a fuego en el corazón de todos sus hijos y de toda su familia, de modo que muchos años después, tras su muerte, sus hijos siguen peregrinando al Santuario... Y alguno de ellos ha ido también descalzo caminando desde Ourense hasta los Milagros... Está claro que la fue mueve montañas, y que para el que cree de verdad no hay nada imposible...

     Se cree que el culto a la Virgen María en el Monte Medo aparece ya desde los primeros momentos, desde la intruducción del cristianismo en Galicia, perdiéndose en la nebulosa de los tiempos. Pero es pa finales de la Edad Media y sobre todo a partir de los siglos XVI y XVII cuando se consolida este lugar como punto fundamental de la expresión de la devoción a la Virgen.

      El Santuario de los Milagros es uno de los centros de culto, en honor de Maria, más importantes de Galicia. Y es el centro de peregrinación más importante de la provincia de Ourense.

     En sus orígenes debió ser una pequeña ermita, con influencia solamente comarcal. Pero a partir del siglo XVII su ámbito de influencia se extiende por Galicia, parte de Portugal y Zamora.

     El primer eremitorio dedicado a la Virgen en el Monte Medo data del siglo IX y se mantiene durante la edad media. Cuentan que en el siglo XV una pastorcita del lugar de Froufe encontró la efigie de Maria en el hueco de un roble. Y que la imagen habló a la pastora: “comunica al señor cura de Vide que deseo que reedifiquen la ermita”. Esto es lo que daría lugar a la contrucción del segundo eremitorio.

     La transformación del eremitorio en gran santuario se lleva a cabo en el siglo XVIII. Hasta principios del siglo XVIII aquí a María se la denomina NOSA SEÑORA DO MEDO. pero luego el pueblo la bautiza con el nombre de NOSA SEÑORA DOS MILAGRES. El actual Santuario se empieza a construir en 1731 y se termina 37 años más tarde, en 1768.

     Desde el año 1869 el Santuario está atendido por los padres Paules. En 1898, el administrador, Pade Juan, hizo del templo un gran centro litúrgico.

      Al lado del Santuario lo Padres Paules tuvieren también durante mucho tiempo un colegio, que primero fue solo de niños, y luego acabó siendo mixto, para niños y niñas. A dicho colegio acudían muchos niños de la comarca, e incluso algunos venidos de lejos. Pero el despoblamiento de las zonas rurales y otros factores hicieron que el colegio se tuviera que cerrar en el año 1991 por falta de alumnos.

     Al llegar a los Milagros encontramos varias cosas:

     - Una arboleda por la quedemos pasear tranquilamente, respirando silencio y naturaleza, y en la que podemos admirar majestuosos robles centenarios.

     - El enorme edificio que estuvo destinado a Colegio.

     - Siete originales Capillas de Vía Crucis, de piedra, equidistantes, que albergan los pasos, o escenas de la pasión en estatuas de madera. Cuando siendo un niño de siete u ocho años fui por primera vez a Los Milagros, acompañando a mi padre, me causarón mucha impresión estas capillas. Y fue el único recuerdo de los Milagros que en aquella primera visita se quedó fuertemente gravado en mi pequeña cabecita.
     Una curiosidad: el Viacrucis tiene 14 estaciones. ¿Por qué no hay 14 capillas?. Faltan estaciones, evidentemente. Y ello no es porque las restantes capillas fueran destruidas... sino porque en realidad nunca llegaron a construirse. El proyecto inicial era el de construir 14 capillas, siguiendo el modelo de la iglesias del Bom Xesús de Braga (Portugal). Las capillas que existen se construyeron entre 1825 y 1857 y fueron realizadas por el maestro Jacinto Fraga, siguiendo el diseño del escultor Antonio Gómez, siendo administrador del Santuario Don José Benito Conde... Parece ser que la primera de las capillas fue costeada por un vecino de Portugal... Pero llegaron los tiempos de la "desamortización" de Mendizabal (1835-1856)... y además vino un rayo y derribó parte de la torre del "Reló", o torre norte del Santuario y hubo que reconstruirla... Todo lo cual explica que no hubiera dineros para terminar el proyecto de las 14 capillas... Conclusión: que si no hay 14 capillas ... no es porque sea hayan destruido... sino porque nunca llegaron a construirse todas....

     - Cerca de las capillas está el roble de la Virgen y las fuentes de agua potable: a “fonte da Virxen” e a “fonte da cunca”.

     - El Hostal y Restaurante, que en tiempos pasados fue una hospedería para peregrinos

     - La vivienda de la comunidad de los Padres Paúles junto con otras dependencias para retiros, reuniones, conferencias, Ejercicios Espirituales...

     - A uno y otro lado del Santuario, detrás del mismo, hay dos capillas, que son en cierto modo originales, únicas y muy prácticas: en la parte Norte, a la izquierda, la Capilla Penitencial para las Confesiones, construida en 1996; y en la Sur, a la derecha, la Capilla de las Ofrendas de Velas, construida en 2004.
     - Más atrás hay otras dependencias, entre las que se encuentra el Museo Devanceiros de artes y oficios rurales de la zona.

     - En los jardines encontramos dos estatuas: La Piedad sobre columna, resto de un antiguo cruceiro, roto en el ciclón de 1934, y san Juan Gabriel Perboyre, Padre Paúl, el primer mártir de la China canonizado. También en los jardines están los restos de la linterna del templo anterior, del siglo XVII, también barroco.

     - Pero, evidentemente, la pieza maestra de todo el conjunto es el propio edificio del Santuario, de estilo barroco. El edificio del Santuario de los Milagros consta de tres naves, cubiertas con bóvedas de crucerías sobre arcos apuntados y fajones de medio punto. Las tres naves son de igual longitud, sin crucero y la central da paso a la capilla mayor.

     La fachada del Santuario semeja un gran retablo de piedra, con su balcón y altar, previsto para las grandes aglomeraciones en la explanada.

     Dentro del Santuario se alberga el alma, el argumento y la razón de ser de todo lo demás: la imagen de la Virgen de los Milagros. Ella es la razón y el destino de todo lo demás.

     Según información facilitada por la profesora Doña Marisol Mendive, en el Santuario de los Milagros hay un órgano, que está localizado en el coro alto de la iglesia, en posición central. Es un instrumento moderno, en la actualidad de transmisión eléctrica, con una consola exenta, de pupitre, que alberga dos teclados de 56 notas cada uno, con octava tendida y pedalero. Los registros son enteros distribuidos en dos teclados manuales. Ocho registros para el primer teclado y 10 registros para el segundo teclado. En el pedalero tiene 6 registros. Acoplamiento de manual a pedal y Tutti. También tiene cinco pulsadores con combinaciones preparadas. Es de la Casa Amezúa y Cia. Fue construido en 1950. Tiene buenas cualidades sonoras y permite interpretar repertorio más moderno a dos teclados y pedal. El sonido está muy proporcionado a las dimensiones de la iglesia. Su uso fundamental es el litúrgico. Su estado general de conservación es bueno, tanto en interior como el exterior.

     Es viernes, día 6 de agosto de 2013. En Ourense nos reunimos cuatro hermanos (Evaristo, Alejo, Paco y Juan) para hacer algo que no habíamos hecho nunca hasta ahora: peregrinar juntos a pie hasta el Santuario de los Milagros. Todos tenemos más de cincuenta años. Pero tenemos la misma ilusión que podrían tener cuatro niños que están a punto de empezar una aventura que va a durar toda la noche. Son las once y media de la noche cuando cogemos nuestras pequeñas mochilas y empezamos a andar.

     Llevamos un poco de agua, algo de comida, y un chubasquero. A lo lejos se ve algún relámpago. Puede que a lo largo de la noche se presente alguna tormenta. Pero de momento hace una temperatura maravillosa para caminar.

     Ya en las calles de Ourense empezamos a ver grupos de caminantes que están haciendo nuestro mismo camino. Seguimos a uno de estos grupos y comprobamos como son ya veteranos y experimentados en esta peregrinación, pues conocen bien el recorrido. La noche está oscura y el llegar este grupo delante nos ayuda a salir de la ciudad por el mejor camino.

     Luego nos vamos encontrando a otros muchos grupos de peregrinos. Unos van más aprisa, otros más despacio, pero todos llevan la misma dirección, y a todos les mueve de algún modo la misma fuerza: esa atracción milagrosa y misteriosa que procede del Santuario de los Milagros. Aunque solo cada persona conoce cómo se expresa en su corazón esta motivación.

     Caminamos sin parar durante más de tres horas. El fresco de la noche nos ayuda. Y la tormenta parece haberse alejado. En nuestra cabeza y en nuestra alma hay una fuerza extra que nos ayuda a mover nuestros pies: es nuestra fe y el recuerdo de nuestro padre, que fue un gran devoto de la Virgen de los Milagros.

     En Salgueiros paramos para beber algo y para comer un plátano (que compartimos como hermanos) y unas galletas. Paramos poco tiempo pues Paco no quiere que se le enfríen los músculos. Por ello, al cabo de cinco minutos reemprendemos la marcha. Y seguimos caminando casi sin parar hasta que a las 6:30 de la mañana del sábado, día 7 de septiembre, llegamos a los Milagros. Tenemos las piernas un poco doloridas y la cabeza un poco revuelta, llena de emociones y sentimientos. Entramos en el templo y esperamos a que empiece la misa de siete y media. Evaristo sube al altar para concelebrar. Cada uno sigue la misa rezando en su interior por sus intenciones particulares. ¡Tenemos tanto pro lo que dar gracias!.

     A pesar de que todavía está amanceciendo, la Iglesia está abarrotada de gente. Y mucha gente se queda fuera y sigue la misa a través de los altavoces exteriores. Las palabras del sacerdote caen mansamente sobre una enorme explanada de silencio y recogimiento...

     Terminada la misa, desayunamos los cuatro hermanos juntos. No hacen falta muchas palabras para saber que nos sentimos bien, y que estamos contentos de haber podido llegar los cuatro caminando desde Ourense hasta los Milagros. No somos de hablar mucho. Pero sabemos perfectamente lo mucho que nos queremos, lo mucho que nos respetamos, y lo mucho que queremos a nuestros fallecidos padres. Por encima de todo, sabemos que siempre hemos sido, que somos, y que seremos ¡una familia!

(Juan, 07-09-2013)

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